Carta abierta de los empleados de Viva a la gente

Febrero 23, 2023Febrero 23, 2023 Juan Delguy Airbus, airlines, aviacion, Bogota, colombia, ElDorado, Medellin, vuelos

Son nuestros empleos los que cada día que están en riesgo, es nuestro sustento y el de nuestras familias el que está en juego, cientos de proveedores que dependen de la aerolínea, la conectividad de las regiones que dependen del turismo y de posibilidades económicas que se han creado con la apertura de las rutas que Viva. Luego de diez años de operación le hemos mostrado a este país y a la región el valor del modelo del que somos líderes y expertos.

Tenemos pocos días para que nuestra aerolínea sobreviva. Esta situación es insostenible para los más de 1.200 empleados directos que cada día vemos un giro diferente en esta historia, ruido, rumores e intereses personales y de diferentes compañías.

Somos los trabajadores de Viva, los del corazón amarillo. No nos representa ninguna institución ni la misma Empresa. Somos los que cada día hacemos posible que miles de colombianos y ciudadanos del continente americano puedan volar, los que hemos construido una empresa necesaria y querida en Colombia.

Quienes levantamos nuestra voz y nos manifestaremos el próximo 24 de febrero de 2023, somos los empleados de esta Compañía, nuestros amigos, nuestras familias y todo aquel que entienda la complejidad de nuestra posición en medio de esta situación que genera tantas controversias.

Necesitamos ser escuchados por la opinión pública, por las autoridades colombianas y por toda la ciudadanía. Ya hemos enviado cartas, hemos sido prudentes en nuestra comunicación, haciéndolo desde el amor que tenemos por esta Compañía, entendiendo el valor de nuestro modelo y nuestro servicio para el país. Necesitamos una respuesta con urgencia.

Día tras días vemos cómo nuestra flota se va de a poco. Queremos que conozcan nuestra situación y entiendan que cada día nos levantamos con la angustia de quedarnos sin empleo, de que será la última semana de trabajo, de cuántos de nosotros tendremos que salir de Viva junto con los aviones que se van de la operación y con una capacidad económica que ya no da más.

Estamos a días de perder a Viva, y entre tanto, vemos que se habla de un sentido de urgencia, pero pasan las semanas sin un pronunciamiento que de claridad sobre nuestra situación.

Nuestra salud mental, nuestra angustia por tener una respuesta, por saber si quedaremos cesantes laboralmente nos tiene agotados, y aquí seguimos con compromiso y haciendo las cosas bien, por el amor que le tenemos a esta empresa y a nuestros clientes.

Hasta este momento los trabajadores de Viva nos hemos mantenido al margen de estas circunstancias por diversas razones, por respeto al debido proceso, a que las cosas se hagan en el marco de un sistema cuya burocracia nos tiene en vilo, pero como colaboradores llegamos al límite ante la falta de claridad.

Como personas naturales con familias que dependen de nuestros empleos, no tenemos nada que ver con los intereses de los grandes grupos económicos que se dividen a favor o en contra de la alianza. Lo único que sabemos que nos salvará de la desaparición es una opción que permita una inyección de capital en el cortísimo plazo es la única que nos queda, no importa de dónde venga esta inversión, mientras sea real. Se acabó el tiempo. No podemos esperar más.

Nuestra preocupación es la más elemental. Son nuestros empleos y el sustento de nuestras familias y las de los proveedores que nos acompañan y que sumados somos más de 5.000 dependiendo económicamente de esta aerolínea.

Somos los empleados de Viva y hablamos a nombre propio, como un estamento que debe ser considerado. Hablamos por la sostenibilidad de un trabajo digno y de calidad y por una empresa que generó desarrollo en Colombia y en la región.